Friday, May 1, 2015

SALMO 139 -- EL SEÑOR NOS RODEA


Texto: Salmo 139:1-6

En este hermoso salmo, el versículo 5 nos da consuelo precioso, al decir: “me rodeaste” y “pusiste tu mano”. Si el salmista se fortalecía pensando en esto, ¡cuánto más el Señor Jesucristo durante Su vida terrenal! Estaba en el mundo arruinado por el pecado,  rodeado de  enemigos y aún Sus propios discípulos eran cortos de entendimiento. Vino del cielo, Su morada pura y gloriosa, al mundo de viles pecadores encabezados por el príncipe de la potestad del aire. Y sabía lo que le esperaba. Pero también sabía que el Padre le cuidaba.
    Este mismo Dios nos cuida a nosotros los creyentes, y no nos abandona, aunque haya enemigos mil, contratiempos, traiciones, pruebas y dificultades de toda clase. Dios pone Su mano sobre nosotros. Él ya intervino a favor nuestro dándonos Su Hijo, y no se va a retirar de nuestra vida ni desecharnos.
    Hebreos 10:16-17 indica que la bendición del Señor estaba en la persona de Cristo, no en los sacrificios levíticos. Israel tenía que mirar adelante a Cristo y no atrás a los sacrificios porque sólo eran figuras de Él. Tristemente, no supieron distinguirle. No le conocieron. Y nosotros debemos saber bien claramente ahora que las cosas religiosas de nuestro pasado tampoco servían para perdonarnos: misas, santos, rezos, penitencias etc. Sólo Jesucristo puede salvarnos, pues Su sangre nos limpia de todo mal. Dios nos ha librado de nuestro pasado, de nuestra vana manera de vivir. Nos cuida en el presente, y nos da un glorioso futuro con una herencia inmarcesible que está reservada para nosotros. ¡Cómo han cambiado nuestras vidas a causa del Señor Jesucristo.
    Además, nos ha dado Su Espíritu Santo. Él mora en todo verdadero creyente. De esta manera también Dios pone Su mano sobre nosotros. Nos sella como posesión Suya (Ef. 1:13-14). Nos llena Su Espíritu dándonos poder para vivir y agradarle, cosa que no tenemos en nosotros mismos – como hizo con los apóstoles comenzando el día de Pentecostés.
    Habrá momentos difíciles, peligros, naufragios, enemigos, etc. pero el Señor nos ayuda y no nos abandona. No va a decir nunca a ningún creyente verdadero: “estoy harto de ti; no quiero verte más”. El creyente tiene a Dios, le rodea, y no debe desesperarse, ni tirar la toalla, ni decir “esto no lo aguanto”, porque el Señor le sostiene. Él es fiel; no nos deja, entonces no nos vayamos de Él. No nos alejemos de Su cuerpo la Iglesia, ni dejemos Su Palabra. Cuando abramos la Biblia, es una ventana a la sabiduría y la voluntad divina.
    Cuando el Señor fue tentado, fue al final de los cuarenta días, no en el día uno o dos, sino cuando estaba cansado y hambriento – es decir – en el momento más difícil. PERO aun en estos momentos Dios está con nosotros y Su Palabra puede animar, aconsejar y librarnos. Observamos que el Señor respondió a todas las tentaciones del diablo con estas palabras: “escrito está”. Tomó como referencia, consejo y guión las Sagradas Escrituras, y eso nos da ejemplo de cómo debemos vivir. 
    “Detrás y delante me rodeaste”. La palabra: “delante” habla también del futuro, de lo que queda delante, tanto en el caso de Israel como en el nuestro. Recordemos cómo dijo proféticamente a Ciro, rey persa que ni siquiera había nacido: “Yo iré delante de ti” (Is. 45:2), y esto era para hacer bien a Israel. Lo dijo ciento ochenta años antes de la vida de Ciro, cuando ni siquiera existía todavía el impero Medo-Persa. Este maravilloso pasaje demustra el poder, la sabiduría y la gloria de Dios. Dios puede hacer muchas cosas que nosotros no podemos. Nuestro presente está en Sus poderosas manos, y nuestro futuro está seguro. Él nos tiene rodeados; Su mano poderosa está sobre Israel, y también sobre nosotros. Por eso, mis hermanos, Israel no se perderá, porque su futuro está en manos de Dios, no en manos de la O.N.U.
    En Juan 10:9 Cristo declara que Él es la puerta. Es el acceso en el presente al futuro bendecido. Más adelante en el mismo capítulo declara que nadie arrebatará a Sus ovejas de Su mano. Esto nos recuerda nuestro texto: Salmo 139:5, “sobre mí pusiste tu mano”. Él ama y cuida a los Suyos, y provee lo que necesitan: trabajo, salud, protección u otra cosa. Él puede. Nada le es difícil. Tiene amplios recursos, gran sabiduria e inmenso poder. En Sus manos hay provisión.
    Con todo esto el Señor desea que le amemos y le sigamos fielmente. Un Dios fiel merece seguidores fieles. La infidelidad es una marca de ingratitud, desconfianza y egoísmo. ¡Lejos sean de nosotros esas cosas! Así que, hermanos, a las promesas y declaraciones del Salmo 139 nuestra respuesta debe ser la del salmista en el versículo 23: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”.
de un estudio dado por Lucas Batalla el 6 de marzo, 2014
 
 
Cristo está conmigo: ¡Que consolación!
Su presencia quita todo mi temor,
Tengo la promesa de mi Salvador:
"No te dejo nunca: siempre contigo estoy".

CORO
No tengo temor, no tengo temor,
Jesús me ha prometido;
"Siempre contigo estoy".


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