Saturday, October 15, 2011

EL SECRETO DE JOB

Job es una de las personas famosas de la Biblia. Es nombrado en el Antiguo y en el Nuevo Testamento. El versículo 2 nos informa que Job tenía diez hijos, esto es, una familia grande. El siguiente versículo le retrata como una persona importantísima, con poder económico. Job tenía una hacienda muy grande. Pero lo perdió todo, los hijos, la hacienda, la salud y el respeto de sus prójimos y amigos. Pero no pecó con su boca ni atribuyó despropósito alguno a Dios (1:22). Al contrario, se postró y adoró. En el 2:10 su propia mujer le incita a blasfemar a Dios y morir, lo cual sería casi como suicidarse.  Esto enseña la superficialidad espiritual de ella, y Job no cometió el error de Adán quien escuchó la voz de su mujer. Al contrario, Job mantuvo su integridad, y a ella le reprendió por hablar como una mujer fatua. Ni en su propia esposa encontraba apoyo. ¿Cómo puede alguien perder todo así y no tener resentimiento? ¿Cuál era el secreto de Job?

Primero, Job reconoció el derecho de Dios a tomar el control de todo lo que pasó en su vida. Muchas personas en las iglesias no están dispuestas a hacer esto. Y dirían de Job: “¡Job no se merecía esto!”, más o menos como la esposa de Job dijo. Muchas veces pecamos contra el Señor, con incredulidad, con falta de fe, pero Job estaba dispuesto a confiar en Dios. En el 13:15 dijo: “He aquí, aunque él me matare, en él esperaré”. ¡Ojalá que más de nosotros tuviéramos esta actitud! 

Job sabía que Dios siempre está en control, ama a los Suyos y desea hacerles bien. Confiaba en la providencia y la benevolencia de Dios. Como Romanos 8:28 dice: “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”. En Job 42:2 él declara que sabe que Dios todo lo puede, y por esto confía en Él. Muchas veces fallamos porque vemos las cosas que pasan, pero no vemos la mano de Dios. Estamos enfocados más en las circunstancias inmediatas que en Dios.

Segundo, Job buscó la sabiduría divina en medio de la adversidad. Alguien dijo que cuando aprietas a una persona, lo que está dentro de ella sale. El carácter de nuestra fe se manifiesta en nuestra respuesta a la presión y la adversidad. Job sabía que Dios no está ausente en nuestros problemas, sino presente y con ganas de ayudarnos. Los tres “amigos” de Job le ofrecieron sus consejos y sus “análisis” de la situación, pero por piadosos que sonaban, estaban equivocados acerca de Job y acerca de Dios (Job 42:7-8). No fueron ayuda, sino estorbo, e incluso cabe decir que el diablo también les usó a ellos para seguir afligiendo a Job. Es triste cuando un creyente pasa por pruebas y apuros, y de pronto aparecen algunos como los amigos de Job, para condenarle y decir que Dios le está castigando. Con amigos así, ¡no necesitamos enemigos!

Job estaba lastimado, y por supuesto que lamentaba sus pérdidas y su situación, pero no tuvo una depresión como algunos psicólogos dicen. Lamentaba lo que sufría, pero sin perder sus cabales. Santiago 1:5 nos aconseja buscar la sabiduría de Dios, y en las pruebas de la vida la necesitamos todavía más. Hay una gran riqueza de promesas y ayuda en Su Palabra, no en los consejeros profesionales.

Henry Ford, inventor del automóvil, en un viaje una vez encontró un vehículo parado en el camino con el capó arriba, y el conductor inclinado mirando el motor. Estaba molesto y con ansia de llegar a su destino, y sin éxito trataba de reparar su coche para que arrancara. Ford se acercó y el hombre le pidió que le llevara en su coche. Pero Ford le dijo: “No, usted vaa llegar a su destino en su propio vehículo”, y en muy poco tiempo lo arregló. Cuando aquel conductor vio esto, preguntó admirado cómo sabía repararlo. Ford respondió: “Porque este coche lo he diseñado yo”. Queridos hermanos, Dios nos ha diseñado y hecho (ver Salmo 139), y Él sabe qué nos pasa y qué necesitamos. Entonces, acudamos a Él y a Su Palabra para encontrar el auxilio que precisamos.

Tercero, Job reconoció que sus propios conocimientos eran limitados. En 42:1-6 él responde así a Dios: “Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas tehabía oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza”. 

Observamos que un concepto alto de Dios es acompañado de un concepto humilde de uno mismo. ¡Qué raro es ver esto hoy en día cuando tantos “cristianos” han sido enseñados a amarse a sí mismos! Pero Job reconoció su bajeza y sus muchas limitaciones. Nosotros también debemos hacerlo. Sólo Dios ve y sabe todo. ¡Qué bueno es confiar en Dios, no en nuestros propios conocimientos! Podemos equivocarnos, pero Él no puede.¿Cómo procedió Job entonces, reconociendo sus limitaciones? 

Job se acercó a Dios, antes, durante y después de las pruebas. En el capítulo 1 le vemos ofreciendo holocaustos e intercediendo por sus hijos. Alo largo del libro busca el rostro de Dios para entender lo que le pasa. En elúltimo capítulo intercede por sus amigos errantes. Nosotros también debemos orar mucho. Debe haber un “altar”, no físico, sino la práctica piadosa de acudir al Señor y pasar tiempo en Su presencia. Muchos no tienen tiempo para pasar con Dios. Sus vidas están demasiado llenas de otras cosas, algunas buenas y necesarias, pero no hay nada más importante que el Señor. Si no tienes tiempo para estar con el Señor, estás demasiado ocupado y debes eliminar algo y organizar mejor tus prioridades.

Job se dejó enseñar por Dios. En 42:4 dice: “te preguntaré, y tú me enseñarás”. Los amigos de Job querían enseñarle, pero malamente, y muchos hay como ellos, que les acusan de pecado a los que sufren pruebas. Job era un hombre humilde y paciente, pero aun así tuvo que rechazar las opiniones y los consejos de su esposa y de sus amigos. Hermanos, ¿hacemos preguntas a Dios? Y si las hacemos, esperamos que Dios nos responda? ¿Nos matriculamos en la escuela de Dios, con el Señor como nuestro profesor y la Biblia como nuestro texto?

Job veía a Dios actuar en cada situación de su vida. Cierto esque como desconocía las conversaciones entre Jehová y el diablo en los primeros dos capítulos, llegó a pensar equivocadamente que Dios le estaba acosando y castigando cuando realmente era el maligno. Pero Job sabía que nada pasa a los justos que no haya sido al menos permitido por Dios. La soberanía de Dios es una realidad que debería darnos  consuelo y confianza en medio de las pruebas. Los creyentes notenemos suerte. Tenemos la gracia y la providencia de Dios.


En el 42:9-10 vemos que Dios aceptó la oración de Job y quitó su aflicción. En el versículo 11 le dieron consuelo los de su familia, yel versículo 12 informa que Dios le bendijo más que al principio. El versículo 10 dice: “al doble”. Dios sabía muy bien lo que hacía con Job, y también sabe lo que hace con nosotros. En 1 Pedro 1:7 vemo sque nuestra fe será puesta a prueba, pero la meta que Dios tiene es algo bueno. ¡Quiera el Señor ayudarnos a vivir en comunión con Él, como Job! Que Él nos ayude por Su gracia a practicar la piedad personal cadadía, a reconocer el derecho de Dios a controlar nuestras vidas, a buscar Su sabiduría cuando nos hallemos en pruebas, y reconociendo nuestras propias limitaciones, sometámonos al Señor para que Él nos enseñe y guíe en Sus caminos, para Su gloria.

de un estudio dado por L. B., el 8 de octubre, 2006